viernes, 13 de octubre de 2017

Un candidato del Común para la nueva Colombia



Por María Aureliana Buendía
Magnífica oportunidad la que brinda ANNCOL, agencia colombiana de prensa radicada en Europa, para expresarle a la opinión colombiana e internacional criterios que desde tiempos históricos manejábamos en las FARC-EP y que hereda el Partido del Común (FARC), sobre la política en general como estrategia de la toma del poder.
Esa estrategia acertadamente ha contemplado en primer lugar un gran movimiento de masas. No hay partido, ni movimiento, ni frente revolucionario, que no sueñe con millones del Común peleando, disputándole el poder a la clase capitalista. Y en esos millones están los verdes, los azules, los rosados, los morados, los rojos, los liberales y conservadores, los independientes, los sin partido.
Los conceptos excluyentes por las razones que sean, son sinónimo de inmadurez  y sectarismo. ¿Derrotados pero puros y castos? Esos era los argumentos de quienes en su momento se opusieron a la creación de la Unión Patriótica y posteriormente la ahogaron y aislaron, permitiendo su  genocidio. Derrotados, puros, castos y muertos, esa es la propuesta. No es para los revolucionarios farianos hijos de Manuel y Jacobo.
A una “burguesía traganíquel” como decía Jacobo, que no ha cumplido ni su papel histórico de desarrollar las fuerzas productivas del país hay que obligarla a cumplir lo pactado, pero más allá, la implementación es tarea nuestra, de todos los colombianos. Construyendo poder popular, debatiendo los planes de desarrollo en todos los niveles, fiscalizando los bienes y dineros, proponiendo soluciones y alternativas a los problemas con audacia, responsabilidad y disciplina. Recurriendo fundamentalmente a la organización y a la movilización popular.
Partiendo de logros alcanzados por el Acuerdo de Paz, que ya han cambiado al país:
*  El acuerdo impone una política de paz de Estado.
* El acuerdo logra dividir al bloque de poder dominante, siempre unido alrededor de la guerra.
*   El acuerdo logra dividir a las FF.AA., instrumento de guerra contrainsurgente.
*   El acuerdo produce un movimiento popular que frente a la derrota en el referendo lo hace suyo y lo salva. El acuerdo de paz es aprobado por las mayorías en las calles, plazas, aulas, auditorios, centros laborales, universidades, pueblos y veredas de Colombia.
*   El acuerdo logra develar responsabilidades inequívocas frente a la prolongación de la guerra, saca a la luz a las víctimas, millones de desplazados y desterrados, miles de desaparecidos, centenares de masacres y asesinatos selectivos.
*  El acuerdo pone en evidencia la política estatal de exterminio del contrario por razones políticas y abre las compuertas a la democracia.
*   El acuerdo se convierte en ejemplo internacional para la solución negociada de conflictos bélicos.
*   El acuerdo es herramienta, instrumento para la lucha de clases.

La representación del Partido del Común (FARC) en cualquiera de sus niveles es cuestión de enorme seriedad y responsabilidad. En primer lugar debe representar la línea política del partido (no una independiente y propia), es de perogrullo, sin veleidades pequeñoburguesas. Si las revoluciones se hicieran insultando, echando discursos mediocres o en acciones aisladas y oportunistas, ésta ya hubiera triunfado.

Nuestro candidato debe parecerse a los colombianos  del Común, sin pretensiones de grandeza, porque toda la gloria cabe en un grano de maíz, respetuoso, leal con el partido e incondicional con los intereses del pueblo, cumplidor de la palabra, audaz, interprete certero del momento histórico nacional e internacional, es decir -con los pies sobre la tierra.

Nuestro candidato es un gran organizador, porque las revoluciones no se hacen, se organizan, decía sabiamente Lenin. Es un visionario, que dirige con el corazón ardiente y cabeza fría. Es querido y respetado por los farianos, fundó frentes y bloques guerrilleros, organizó campañas militares, políticas  y sociales, enriqueció nuestra estrategia política y militar, defendió  a las masas contra el paramilitarismo y el terror del Estado, fundó organizaciones populares que resistieron todas las arremetidas fascistas; firmó el Acuerdo de Paz convertido en oportunidad histórica, se ha ganado el corazón de las gentes del común, el respeto de los adversarios, la admiración de líderes internacionales. Manuel y Jacobo acertaron con él.